Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en 1992 se transportaron en los servicios domésticos argentinos 25.000 toneladas de carga. Mientras que en 2011, 10.000. Es curiosa esta disminución si se considera que es un país en el que en estos 20 años el Producto Bruto Interno (PBI) creció y las relaciones interior-capital se modificaron, dada la privatización de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel) que facilitó las comunicaciones y la radicación de industrias.
En cuanto a la carga internacional, hace 20 años se transportaron 85.000 toneladas; actualmente, 226.000 toneladas. Es un crecimiento relativamente constante y coherente con el resto del mundo. Pero este tipo de transporte está dividido en dos grupos: de bandera argentina y de bandera extranjera. En 1992, 20.000 eran de bandera argentina, mientras que en 2011, tan sólo lo fueron 20.600, por lo que el crecimiento fue ínfimo. En aquel entonces, el 30% de las cargas eran de bandera argentina. Actualmente, el 12%.
Es una participación simbólica, en la cual entran en juego varias cosas. En primer lugar, no hay cargueros puros argentinos. Por otra parte la oferta de vuelos internacionales está en manos de Aerolíneas Argentinas y LAN y es muy limitada.
LAN tiene un vuelo diario a Miami y aparentemente no le autorizan a aumentar el número de vuelos, y a Punta Cana, que no es un destino de carga. Aerolíneas tiene como destinos en Europa España e Italia solamente, países con los cuales hay un considerable intercambio. Pero como contraparte, hay una gran competencia y la oferta de Aerolíneas no es muy significante. A Asia no hay vuelos. Mientras, los vuelos que hay hacia Nueva Zelanda y Australia no tienen gran capacidad de bodega porque lo que prima como carga es el combustible necesario para el avión.
Esta reducción del despacho de carga en aviones se debe a un problema en el servicio y la competencia. Realizada una investigación, en la cual se simuló la necesidad de transportar determinadas cajas de zapatos por vía aérea con destino a la provincia de Salta, llegué a algunas conclusiones interesantes:
- En varias ocasiones, las cargas no llegan a destino en cortos plazos, siendo que el menor tiempo debería ser el principal atributo de este tipo de transporte. Mi impresión es que se trata de un sector que le falta profesionalizarse y que tiene serios problemas de marketing.
- No necesariamente viajar en avión es más rápido que viajar en micro.
- Hay problemas de ruteo: en avión se llega sólo a las principales ciudades. Ahí se ve también una caída en el servicio: antiguamente Aerolíneas, cuando fue fundada, llegaba a 50 ciudades, ahora a no más de 40.
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